Curación por el arte

Curación por el arte

Artículo escrito en el año 2008.

Por Amanda Ursula Buneta

¿Puede el arte curar los dolores humanos? ¿Los artistas “locos”, son sanos? O ¿a través del arte comunicaron y compartieron su bella locura en obra? ¿Qué es el arte? ¿Qué es curarse? ¿Cuál es la cura posible en estos tiempos? ¿Cual es la interpenetración de estos dos conceptos? El arte: es un medio de autoconocimiento o ¿solo se trata de traer a la luz, de volver visible aquello que se encuentra invisible en algún lugar del si mismo? La cura: el alivio es autentico, es la meta o ¿será el resultado por añadidura?

Cura y arte son dos conceptos indefinibles de alguna manera, inasibles. Abarcan tanto misterio, profundidad, que al intentar precisarlos, las palabras se diluyen.  Quizás porque ambos, arte y curación tiene una extensión en el tiempo y el espacio, tienen la dimensión de un proceso espiralado que una y otra vez atraviesan las mismas heridas, y dolores humanos que necesitan ser expresados, mirados, conectados y sanados.

Comienzo por la definición de las palabras:

  • “Curación: Acción y efecto de curar o curarse.”[1]
  • “Curar: (…) cuidar, poner cuidado, (…). Aplicar a los enfermos o heridos los remedios correspondientes a su enfermedad o dolencia. (…) Sanar (las dolencias o pasiones del alma)…”[2]
  • Arte: “…es una forma universal de expresión y de comunicación, que preserva y promueve la diversidad y la identidad cultural y espiritual de las sociedades, reforzando el sentido de pertenencia a la humanidad; es inseparable del acto de vivir, y se justifica por su propia existencia, no estando al servicio de ninguna ideología, ni sirviendo como herramienta ni instrumento de nada; contribuye para formar comunidades de emoción unidas por el afecto; es producto de la imaginación creadora y problematizadora de lo que es real; tiene un papel fundamental en la reconexión de la sociedad, en la reorganización del tejido social destruido por la mercantilización de las relaciones, por el individualismo y por la violencia; es un lenguaje privilegiado para la comunicación entre los jóvenes; hace posible la vivencia creativa, el sueño y la utopía, abriendo un sendero hacia el reencantamiento del mundo.”[3]

La relación entre arte y cura, alivio del alma, se remonta a la cuna de nuestra cultura Occidental, a la antigua Grecia, ya Aristóteles hablaba de los efectos terapéuticos  de los diferentes modos musicales sobre el estado del animo, y también sobre la catarsis en la tragedia griega.

Y mas en la raíz de la humanidad, la conexión entre curación a través del arte se remonta a los pueblos primitivos, a las tradiciones chamánicas, que curan a través de cantos, y danzas. Natalie Rogers, retoma en un dialogo con una antropóloga, una tradición que cuenta que cuando un integrante de la tribu caía en depresión y enfermaba, lo llevaban al chaman o brujo y este le hacia cuatro preguntas:

¿Cuándo dejaste de bailar?, ¿Cuándo dejaste de cantar? ¿Cuándo no quisiste escuchar más los cuentos que te contaban? ¿Cuándo comenzaste a sentirte incomodo en el dulce territorio del silencio?

 El poeta, dramaturgo y filosofo Schiller  (1759-1805) perteneciente al periodo romántico, entendía que el arte podía “curar” al hombre pero no en un sentido físico, sino en un sentido moral. El hombre moderno, heredero del paradigma cartesiano, y del mundo desencantado, partido a la mitad entre su razón y sus sentimientos necesita encontrar modos de compatibilizarlos, y el arte puede lograr esta integración.

El arte (y no la ciencia) es, para los románticos, el lugar adecuado de la verdad, la instancia que puede, incluso, hacernos mejores personas, educarnos en un sentido moral de la palabra. El arte sería una de las formas de perfeccionamiento del hombre. [4]

Desde mediados del siglo XX, arte y terapia, comenzaron a entretejerse. Varios pioneros en el mundo, provenientes de distintas disciplinas y artes comenzaron a relacionar estos campos, y descubrieron formas de poner el arte al servicio de los demás. Los desarrollos originarios fueron en Estados Unidos e Inglaterra.

Tessa Dalley al definir la terapia artística (plástica) se remonta al contexto general del significado de las artes como un rasgo propio de todas las sociedades. El arte simboliza, refleja y predice las tendencias internas de la sociedad. Es el ámbito de expresión del hombre, es el soporte para desarrollar la capacidad creadora y cultivar la percepción estética.  [5]

Margaret Naumberg, pionera de la terapia artística en los Estados Unidos, describió al arte como una manera de enunciar sentimientos mezclados y escasamente comprendidos, en un intento de otorgarles claridad y orden. “El proceso de terapia artística se basa en reconocer que los sentimiento y los pensamientos mas fundamentales del hombre, derivados del inconciente, alcanzan expresión a través de imágenes y no de palabras.” (1958)

Los arte-terapeutas afirman que la terapia artística es eficaz, que alivia, cura. Al trabajar con imágenes internas, dar posibilidades de expresión no verbal, es un campo de transformación y cambio ya que trabajada directamente con la implicación del cuerpo, las emociones, la historia, el inconciente y los procesos cognitivos. También  lo relacional esta presente, se trabaja de manera individual o en grupo, donde se escenifica el repertorio vincular de las personas que participan.

En los procesos terapéuticos y psicoterapéuticos que se incluyen lenguajes artísticos se pone en juego el don de la creatividad y la contemplación estética tan necesaria en la búsqueda de la belleza como virtud en la propia vida. Claro que sin perder en la estética la comprensión del proceso en relación a lo creado, donde se manifiestan aspectos no verbales y contenidos inconscientes. Estas conceptualizaciones  las desarrolla Jung, cuando teoriza acerca del método de imaginación activa y la función transcendente. [6]

Es decir que el arte, los lenguajes artísticos y la obra de los artistas son fundamentales para la vida. Pat Ballen, arte terapeuta y filosofa, afirma que el arte no cura, ni repara, sino que restaura la conexión con el alma, “que siempre esta esperando a que se la llame”. Y agrega: “El arte como vía de conocimiento a la vida interior. (…) Las imágenes las historias ya están dentro de ti, esperando a que las relates”.[7]

A este respecto Kandisnsky, en su obra “Lo espiritual en el arte”, donde desarrolla su deseo de una evolución espiritual en la pintura y por extensión en todas las artes, dice acerca del arte: “Todas estas formas artísticas verdaderamente, tienen un fin y son, (…) un nutriente para el espíritu (…) ya que el espectador encuentra un lazo con su alma. Lógicamente, este lazo (o resonancia) no se queda en el aspecto superficial: el estado de ánimo de la obra puede ahondarse y cambiar el estado de ánimo del espectador. En todos los casos, estas obras no permiten la ruindad del alma y la sostienen en un tono determinado, como un diapasón sostiene las cuerdas de un instrumento. Pero, aun así, la extensión y la acción purificadora de este tono son unilaterales en el tiempo y el espacio y no agotan todo el poder posible del arte.”[8]

Hasta acá, voy introduciendo, el arte, la cura, las maneras de vincularse el arte y la cura en las psicoterapias por el arte, arte terapias. Pero el gran interrogante es por qué el arte permite aliviar los dolores humanos. Tengo tres supuestos:

Supuesto del lego: el arte nos permite expresarnos y comunicarnos más allá de las palabras. Nos permite entrar en comunión, con los otros y con nosotros mismos.

Supuesto cognitivo: el arte en el proceso de conocimiento.

Supuesto psicológico: el arte nos posibilita habitar el delicado territorio entre lo interno y lo externo, nos permite estados transicionales donde podemos conectarnos con nuestro self- verdadero.

Iré presentando brevemente cada supuesto.

Supuesto del lego:

Cuando buscaba definiciones de arte, encontré esta de la Red Mundial de artistas en Alianza, para el reencantamiento del mundo. Y me resulto una causa muy valiosa para adherir. Pienso que esa definición de arte toca los aspectos mas socializados, aquellos compartidos en la comunidad como  “…es una forma universal de expresión y de comunicación, (…); es inseparable del acto de vivir, y se justifica por su propia existencia.” Es decir que el arte nos reconecta con nuestro ser creadores, y este supuesto las personas lo comparten.

Las personas naturalmente buscan cultivar un arte para sentirse mejor, terapéutica que evidencian rápidamente. Sobran los ejemplos: en la danza, bailar produce alegría inmediatamente, también mirar un espectáculo de danza produce el mismo efecto. Escuchar música, leer poesía, el taller de pintura, clases de canto, etc.

Supuesto cognitivo:

La lectura del concepto de enactivo y un artículo llamado “El arte como dimensión fundamental en los procesos de conocer”[9], me  hicieron pensar en este supuesto.

Por un lado Varela con su convicción en el acto de conocer de que “… la cognición no es la representación de un mundo pre-dado por una mente pre-dada sino mas bien la puesta en obra de un mundo y una mente a partir de una historia de la variedad de acciones que un ser realiza en el mundo.”[10] Esto significa que vamos conociendo a medida que hacemos emerger un mundo enactuado. Se trata de una cognición creativa. Las aptitudes cognitivas están inextricablemente enlazadas con una historia vivida, como un camino que se hace al andar. La cognición deja de ser un dispositivo que resuelve problemas mediante representaciones para hacer emerger un mundo donde el único requisito es que la acción sea efectiva. [11]

Alicia Entel afirma que: “El arte como procedimiento, actividad y método parecería de mayor eficacia simbólica que el saber científico tradicional para abordar los desafíos cognitivos y de supervivencia del siglo XXI. El arte como dimensión cognitiva y en especial el régimen estético, propicia y fomenta las actitudes con el centro en el azar y la sorpresa. Hace gala de lo imprevisible y despierta lo no rutinario. De ahí que sea posible sugerir la riqueza de la experiencia estética como una forma educativa…”[12]

Arte y enaccion, están relacionados. Cuando practicamos una disciplina de arte, o cuando experimentamos simplemente con algún lenguaje artístico, ya sea plástica, danza, música, teatro, escribir un cuento, estamos encatuando. No esta predefinido, no tenemos un imagen previa. Justamente se trata de un camino intermedio entre el mundo interno y la expresión externa. Se trata de una manera de conocer el mundo y de auto conocimiento.

Supuesto psicológico:

Voy a tomar algunos conceptos de D. Winnicot  para dar cuenta del fenómeno del arte  y lo artístico como el ámbito donde el dominio  no es puramente exterior, ni exclusivamente interior; el arte no es ni una dimensión perfectamente objetiva, ni una dimensión exclusivamente subjetiva… el arte es transicionalidad, el arte nos conecta con nuestro self- verdadero, el arte nos posibilita vivir creativamente.

Transicionalidad

“De cada individuo que ha llegado a ser una unidad, con una membrana limitante, y un exterior y un interior, puede decirse que posee una realidad interna, un mundo interior que puede ser rico o pobre, encontrarse en paz o en estado de guerra. Esto es una ayuda, ¿pero es suficiente? Yo afirmo que así como hace falta esta doble exposición, también es necesario una triple: la tercera parte de la vida de un ser humano, una parte de la cual no podemos hacer caso omiso, es una zona intermedia de la experiencia a la cual contribuyen realidad interior y vida exterior. Se trata de una zona que no es objeto de desafío alguno, porque no se le presentan exigencias, salvo la de que exista como un lugar d e descanso para un individuo dedicado a la perpetua tarea humana de mantener separadas y a la vez interrelacionadas la realidad interna y la exterior.” [13]

“Los objetos y fenómenos  transicionales pertenecen al reino de la ilusión que constituye la base de iniciación de la experiencia. Esa primera etapa del desarrollo es la posibilitada por la capacidad especial de la madre para adaptarse a las necesidades de su hijo, con lo cual le permite forjarse de ilusión de que lo que el cree existe en la realidad. La zona intermedia de la experiencia, no discutida respecto de su pertenencia a una realidad interna o exterior (compartida) constituye la mayor parte de la experiencia del bebe y se conserva a los largo de la vida en las intensas experiencias que corresponden a las artes y religión, a la vida imaginativa y a la labor científica creadora.”[14]

Falso Self/Self verdadero,

“Para mi el self, que no es el yo, es la persona que soy yo y solamente yo, que tiene una totalidad basada en el funcionamiento del proceso madurativo” (…) “el self se encuentra naturalmente situado en el cuerpo, pero en ciertas circunstancias puede disociarse del cuerpo, en los ojos, y la expresión de la madre, así como en el espejo que puede llegar a representar el rostro de la madre.”[15]

“En el acatamiento del mundo, la adaptación, se crea el falso self, concepto que lleva implícito la idea del sefl verdadero. El self falso tiene una naturaleza defensiva. Este se establece como real, y es lo que los observadores tienden a pensar que es la persona real. Pero en realidad el self falso defiende al self verdadero, el self verdadero es reconocido como potencial y se le permite una vida secreta. La fuente del gesto es el sellf verdadero y la existencia de este gesto indica la existencia de un self verdadero potencial.”[16]

“El self falso tiene que equilibrarse con una formulación de lo que podría denominarse adecuadamente el self verdadero. En las etapas tempranas, el self verdadero es la posición teórica de la que proviene el gesto espontáneo y la idea persona. El gesto espontáneo es el self verdadero en acción. Solo el self verdadero puede ser creativo y solo el ser f verdadero puede sentirse real.”[17]

“EL self verdadero surge de los tejidos y las funciones corporales, incluso de la acción del corazón y de la respiración. Esta estrechamente vinculado con proceso primario.” [18]

“En el individuo sano que tiene un self con un aspecto sumiso, pero  que existe  y es un self creativo y espontáneo, hay al mismo tiempo capacidad para usar símbolos. … la salud esta estrechamente ligada con la capacidad para vivir en un ámbito intermedio entre el sueño y  la realidad que es denominado “vida cultural”[19]

La última cita me lleva al tema de la creatividad, concepto fundamental en la apreciación de la salud. Nuevamente cito a Winnicott:

La creatividad y sus orígenes

“Lo que hace que el individuo sienta que la vida vale la pena de vivirse es, mas que ninguna otra cosa, la apercepción creadora. Vivir en forma creadora es un estado saludable y el acatamiento es una base enfermiza para la vida. La creatividad que me ocupa aquí es un universal. Corresponde a la condición de estar vivo.  La creatividad que estudiamos se refiere al enfoque de la realidad exterior por el individuo.”[20]

Bibliografía

 

Moris Berman, “EL Reencantamiento del mundo”. Cuatro Vientos, 1987.

  1. Winnicott, “Realidad y Juego”, editorial Gedisa, Barcelona, 1996.
  1. Winnicott, “los procesos de maduración y el ambiente facilitador.”, Ed. Paidos. Bs. As., 1993

Carlos Nemirovsky, “Winnicott y Khout”, Ed. Grama. Bs. As. , 2007.

Alicia Entel, “El arte como dimensión fundamental en los procesos de conocer.” Revista Kiné. Año 17. Nº 83. Agosto-Octubre2008- Argentina.

Cesar Ojeda, “Francisco Varela y las ciencias cognitivas”, Revista chilena de neuro-psiquiatría. Apunte.

Francisco Varela, “Conocer. Las ciencias cognitivas: tendencias y perspectivas. Cartografía de las ideas actuales” Barcelona, Gedisa, 1990.

Patt Ballen, “Arte terapia. Guía de autodescubrimiento a través del arte y la creatividad.”Ediciones Gaia, Madrid, 1997.

Vassily Kandinsky, “Sobre lo espiritual en el arte.” Ediciones Libertador/ Andromena, buenos Aires, 2006.

Tessa Dalley, “El arte como terapia”, Ed. Herder, Barcelona, 1987.

Carl G. Jung, “The Structure and Dynamics of the psiche” Cap: The trascendente function. Traducción M. Salinas.

Red Mundial de Artistas en Alianza: “Arte y Reencantamiento del mundo: el papel del artista“ (documento preliminar) noviembre de 2006. http://www.charterhumanresponsibilities.net/spip.php?article1075


 “Arte como curación” escrito por Miguel. Publicado en Arte y Cultura. Dirección: www.boulesis.com

Vox Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española. Editorial Bibliograf , Barcelona, 1971.

[1] Vox Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española. Editorial Bibliograf , Barcelona, 1971.

[2] Vox Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española. Editorial Bibliograf , Barcelona, 1971.

[3] Red Mundial de Artistas en Alianza: “Arte y Reencantamiento del mundo: el papel del artista“ (documento preliminar) noviembre de 2006. http://www.charterhumanresponsibilities.net/spip.php?article1075

[4] “Arte como curación” escrito por Miguel. Publicado en Arte y Cultura. Direccion: www.boulesis.com

[5] Tessa Dalley, “El arte como terapia”, Ed. Herder, Barcelona, 1987.

[6] Carl G. Jung, “The Structure and Dynamics of the psiche” Cap: The trascendente function. Traducción M. Salinas.

[7] Patt Ballen, “Arte terapia. Guía de autodescubrimiento a través del arte y la creatividad.”Ediciones Gaia, Madrid, 1997.

[8] Vassily Kandinsky, “Sobre lo espiritual en el arte.” Ediciones Libertador/ Andromena, buenos Aires, 2006.

[9] Alicia Entel, “El arte como dimensión fundamental en los procesos de conocer.” Revista Kiné. Año 17. Nº 83. Agosto-Octubre2008- Argentina.

[10] Cesar Ojeda, “Francisco Varela y las ciencias cognitivas”, Revista chilena de neuro-psiquiatria. Apunte.

[11] Francisco Varela, “Conocer. Las ciencias cognitivas: tendencias y perspectivas. Cartografía de las ideas actuales” Barcelona, Gedisa, 1990.

[12] Alicia Entel, “El arte como dimensión fundamental en los procesos de conocer.” Revista Kiné. Año 17. Nº 83. Agosto-Octubre2008- Argentina.

[13] D. Winnicott, “Realidad y Juego”, editorial Gedisa, Barcelona, 1996.

[14] D. Winnicott, “Realidad y Juego”, editorial Gedisa, Barcelona, 1996.

[15] Carlos Nemirovsky, “Winnicott y Khout”, Ed. Grama. Bs. As. , 2007.

[16] D. Winnicott,  “los procesos de maduración y el ambiente facilitador.”, Ed. Paidos, Bs. As., 1993

[17] Idem

[18] Idem

[19] Idem

[20] D. Winnicott, “Realidad y Juego”, editorial Gedisa, Barcelona, 1996.