Teatro Terapeutico Gestaltico: Un enfoque integrador de saberes ancestrales

Teatro Terapeutico Gestaltico. Un enfoque integrador de saberes ancestrales

Desde  sus  inicios  se  acusa a  la  terapia  gestáltica como  una  terapia  de  actuaciones. Esta acusación la transformamos en un halago, y agregamos: a la  actuación  le  adicionamos  la conciencia.

Erving y Miriam Polster describen el lugar de la teatralización dentro de la terapia gestáltica, con sus diferentes formas:

  •  Teatralización de una situación inconclusa del pasado lejano.
  •  Teatralización de una situación contemporánea inconclusa.
  •  Teatralización de una característica personal.
  •  Teatralización de una polaridad.

En  estos apartados  se  nota  firmemente  la  influencia  del  psicodrama  en  la  práctica,  estos son los   abuelos   o   antepasados   del   teatro   terapéutico   gestáltico (TTG).

TTG se diferencia de sus antepasados. Principalmente por la decisión de renunciar a la novela personal. En la práctica se refleja en que  cada persona  se abstendrá explícitamente de narrar sus cuentos cotidianos acerca de sí mismo. Para lo cual apelamos a la construcción de otro escenario, provisto de los elementos necesarios para sumergirnos a jugar con toda nuestra imaginación y poder desarrollar la experiencia en una gran metáfora. Las metáforas poseen distintos estilos: existenciales, vinculares, sociales, parentales, trascendentales. Considero a la metáfora como unidad de cambio, y posee mensajes saludables en sí mismo, por lo tanto no ejercemos ninguna intervención sobre ella, es decir trabajamos en la metáfora, no sobre ella. A su vez cada metáfora posee un nivel individual, un nivel vincular estos niveles nos brindan posibilidades de trabajo, tanto sobre la narrativa, como en el trabajo escénico.

TTG es una experiencia artística, es una experiencia creativa. La primera premisa es considerar que cada persona es teatro, cada uno es una unidad teatral, en el sentido del acto de ver, de actuar, de sentir, de pensar, y un pilar de esta apuesta es verse mirando, verse actuando, sentirse sintiendo.

En este teatro, todos pueden actuar, solo a partir de desear actuar comienza el proceso de dignidad del escenario. Aprendemos a partir de la experiencia y la experimentación, nadie le enseña nada a nadie, todo conocimiento siempre está disponible. De la misma manera que a un niño es imposible enseñarle a gatear, su paso del pataleo al gateo es una experiencia natural, sólo se requiere estar allí para que aquello acontezca.

La  propuesta de  TTG consiste en un  movimiento  de  lo  conocido  a  lo  menos conocido, es poder alterar el repertorio que nos propone el EGO, viajando de forma en forma, con  movimiento  tras  movimiento.

TTG busca la fuente de nuevas realidades, destacando el valor de la experiencia. No es la búsqueda de un proceso lineal, sino que iniciamos un proceso en donde irrumpe la bifurcación, y esta bifurcación es nuclear en toda transformación o cambio psicológico y a su vez es irreversible, se torna irreversible en la medida que aparezca lo menos conocido, ya lo conocido queda transformado. Y avanzamos en forma de Bucle para dar lugar a una nueva experiencia, y a sucesivas autorregulaciones creativas.

TTG nos permite:

  •  Una percepción superior de la realidad.
  •  Una mayor aceptación de uno mismo, de los demás y de la naturaleza.
  •  Una mayor espontaneidad.
  •  Una mayor capacidad de enfoque correcto de los problemas.
  •  Una mayor independencia y deseo de intimidad.
  •  Una mayor autonomía y resistencia a la indoctrinación.
  •  Una mayor frescura de apreciación y riqueza de reacción emocional.
  •  Una mayor frecuencia de experiencia superior.
  •  Un cambio en las relaciones interpersonales.
  •  Una estructura caracterológica más democrática.
  •  Una mayor creatividad.

Nuestro trabajo tiene tres momentos, un primer momento de exploración, y la instalación de un caos creador, un segundo momento de transformación, producción de formas, de nuevas formas, y un tercer momento de culminación, aparición de la novedad, o momento menos conocido.

Alex Segovia